Al maestro Guindilla no le costó mucho esfuerzo en encontrar trabajo a los pocos días del cierre del asador El Goblin. Tampoco era de extrañar, teniendo en cuenta su abultado curriculum. La mayoría de los hosteleros de la ciudad tenían trabajo a raudales, pero no andaban sobrados de verdaderos camareros curtidos en la batalla. Era de la vieja escuela en un tiempo en el que eso contaba y mucho.
Acabó engrosando las filas de un conocido restaurante pizzería llamada "Di Espageti Hispanini", situado en un concurrido paseo cercano al puerto. Lo malo de su nuevo puesto fue el cambio de rango. En aquel maldito lugar daba igual los innumerables años de experiencia. Allí pasó de ser el maestro Guindilla a Guindilla a secas en el acto. No es que le hiciera gracia, pero la paciencia Zen adquirida le ayudó a asumir su nuevo estatus.
Lo que ocurrió aquel día, sin embargo, no pudo procesarlo sin perder los nervios. El cliente pesado estaba en la mesa seis, esperándole.
Con el cierre del asador El Goblin, el Guindilla creyó haberle dado esquinazo al fin. Pero allí estaba, mirando detenidamente la carta, buscando supuso, el plato mas complicado o el ingrediente mas rebuscado con el único objetivo de amargarle la existencia. Lo que no sabía su cliente mas odiado e incluso él mismo ignoraba, era la capacidad creativa del chef de cocina que dirigía aquel restaurante.
- Buenas noches caballero. ¿Como está? - dijo acercándose a la mesa mientras agarraba su boli de la oreja y empezaba a hacer clics nerviosos contra su pierna. El cliente pesado no pareció reconocerlo. Ni siquiera levantó la mirada de la carta mientras formulaba sus peticiones.
* * *
- ¿Calabacín, bacon y salmón? No hay ningún problema. ¡Marchando oído cocina!
* * *
cebollas, salmón, bacon en tiras, calabacín, puerro, harina, leche, margarina, huevo, aceite, tomate frito y queso parmesano.
Lo primero que podemos hacer es caramelizar la cebolla. Pelamos y cortamos el calabacín en rectángulos y los ponemos en un bol con un poco de sal para ablandarles un poco. A continuación los rebozamos. Freímos el bacon. Picamos el puerro finito finito y con ello,un poco de margarina y harina preparamos una bechamel ligera que nos quedará con un orecioso tono verde (por aquello del puerro vaya). Picamos el bacon y mezclamos con una cucharada de tomate frito. Ahora montamos la lasaña. Yo he utilizado uno de esos envases de aluminio de comida para llevar y le he cortado el fondo a modo de molde. Es que todavía no los he encontrado. Y ahora...de abajo hacía arriba claro.. 1...Calabacín
2...Bacon con tomate.
3...Calabacín.
4...Cebolla caramelizada.
5...Salmón.
6...Bechamel.
7...Parmesano rallado.
Horno a tope con el grill y en lo que se dora el queso se hace el salmón.
Podéis ver esta receta y todas sus imágenes aquí,
guapísima la historia.Muchas gracias por esta reseña y felicidades por tu reciente paternidad.
ResponderEliminarGracias! Me alegro que te haya gustado ;)
Eliminar